El hecho de tener un hijo/a con autismo modifica de modo radical la vida de todos los miembros de la familia. Las familias de personas con TEA se encuentran en una situación de inestabilidad e inseguridad constante que se traduce en angustia y estrés a causa de las altas necesidades de apoyo, dificultades de comunicación y problemas de conducta que presenta este colectivo. A esto se une la carga económica de tener un hijo/a con autismo, que supone un sobre esfuerzo por el elevado coste de los apoyos profesionales, recursos y cuidados específicos que requieren.
La Asociación Pauta recibió el certificado de FEAPS (ahora Plena Inclusión) de Buenas Prácticas por su gestión del programa de Respiro.